martes, 18 de febrero de 2014

10 RAZONES POR LAS QUE TE ENGANCHARÁS AL HARD BOP

"Si os apetece golpear con los pies, golpead con los pies. Si tenéis ganas de aplaudir, aplaudid. Y si queréis quitaros los zapatos, hacedlo. Hemos venido a pasarlo bien. Queremos que dejéis vuestros problemas fuera y que vengáis a moveros"
          (Art Blakey)

Pues sí, así era el hard bop, la corriente molona del jazz que defendía que lo importante en la música es divertirse. Y eso lo mismo valía para los músicos que para el público.

La definición oficial (y por tanto aburrida) dice que el hard bop es el estilo que siguió al cool y precedió al freejazz. Que apenas duró diez años, desde mediados de los años 50 hasta mediados de los 60, y que era una especie de reacción a la europeización del jazz. Estaban imperando las influencias blancas frente a las afroamericanas, lo que en EE.UU se tradujo en dos bandos geográficamente diferenciados: Costa oeste (west coast jazz) frente a costa este (east coast jazz, defensores del hard bop) Técnicamente se da un uso generalizado de la quinta disminuida en los acordes mayores, influencia tomada del blues, y se utilizan progresiones más complejas que en géneros anteriores. Las semillas que lo hicieron germinar las plantó Miles Davis, aunque fueron Art Blakey y sus Jazz Messengers además de Horace Silver quienes más cuidaron de la planta.

Horace Silver en Milán (Italia) en 1968. Fotografía: Roberto Polillo

Viva Van Gelder. Viva el hard bop

Vale, pero ¿hay una forma práctica y fácil de diferenciarlo de las otras corrientes jazzeras? Más o menos: Generalmente es tolerado por aficionados a la música que no acostumbran a escuchar jazz (aunque sin abusar, ya que a partir del tercer corte podrían presentar ciertos síntomas de indigestión) Es entretenido, y puede conmover e invitar al baile al mismo tiempo. Es fácil de escuchar pero endemoniadamente difícil de interpretar. Funciona mejor a tempos elevados que en formato baladita, aunque tampoco reniega de ellas. Y creo que es la corriente del jazz que menos pose contiene, aunque esto ya es subjetivo (si quisiera hacerme el rarito me tiraría más por el jazz modal, por ejemplo)

Miles Davis ante un escaparate del sello Prestige. Él mismo participaba en el diseño de sus chaquetas

10 razones para engancharse a los 10 mejores años del jazz

1. Su epicentro estaba situado en la ciudad de Nueva York, el lugar más alucinante del mundo. Eso, claro, desde el punto de vista de un músico o de un artista amante del rollo cosmopolita. Si lo que te va son las caminatas por la montaña o yo que sé... buscar setas, este no es definitivamente un buen sitio.

2. Influencia directa del blues y el góspel. Con los mejores ingredientes ya sólo quedaba disponer de un buen ejército de cocineros. Y los hubo a patadas.

3. Lo lúdico no excluye lo social. Se acompañaba de un trasfondo reivindicativo, además de un espíritu crítico y defensor de los derechos de la población negra (Art Blakey fue uno de sus músicos más militantes) Por ello el hard bop es una música callejera, creada en los barrios negros, donde estaba fuertemente arraigada. Aún así, hay que decir que el negocio estaba mayoritariamente controlado por blancos.

4. Las grabaciones nunca habían sonado tan bien. Si tienes detrás a Blue Note y a Rudy Van Gelder, el producto final va a ofrecer una nitidez nunca escuchada hasta entonces. Se acabó el sonido a lata.

5. ¡Se puede bailar! No de forma tan frenética como, por ejemplo, el swing, pero se puede.

6. Conforme evolucionaba, fue añadiendo de forma inteligente lo más groovy y sugerente de, entre otros estilos, el soul y el funky.

7. El hard bop disociaba más que nunca el jazz con ese ambiente canalla, nocturno y vicioso que siempre imaginamos y tanto nos atrae. Los clubes de jazz nunca fueron tan excitantes.

8. Aunque se apoyaba en los metales tradicionales empleados en el bebop (saxo, trompeta, y en menor medida, trombón) y en una base rítmica de piano y batería, no dudó en incluir con gran éxito otros instrumentos hasta entonces inéditos, como el órgano Hammond
 
9. Sus músicos vestían realmente bien. No hay más que ver esos abrigos tan chulos que se gastaba Horace Silver. O las ropas de Miles Davis, siempre impecable, que participaba en el diseño de sus chaquetas y trajes.

10. Se supone que el hard bop murió, sin embargo es imposible entender la historia de la música sin él. Sus grabaciones se escuchan a diario en miles de hogares de todo el mundo. Suena fresco y atemporal, y es la base de gran parte del jazz actual. No fue sólo una moda pasajera, y además escribió diez años de historia ya prácticamente insuperables.

Larga vida al hard bop.

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