lunes, 17 de marzo de 2014

JACKIE McLEAN: ACTION (1964) The Rudy Van Gelder Edition

 Música:  7.5   
 Sonido:  8     
 Portada: 6.5   

 Favorita:  b"I hear a rhapsody"

Grabado en Van Gelder Studio, Englewood Cliffs, Nueva Jersey el 16 de Septiembre de 1964.

Discográfica: Blue Note 
(BST 84218) 38:26 (Estéreo)
Productor: Alfred Lion
Portada: Reid Miles
Fotografía: Francis Wolff

Remasterizado por Rudy Van Gelder en 2003



Jackie McLean: Saxo alto  /  Charles Tolliver: Trompeta  /  Bobby Hutcherson: Vibráfono  /  Cecil McBee: Bajo  /  Billy Higgins: Batería 

Por si nadie se había dado cuenta, la inmensa mayoría de los músicos de la escena de jazz neoyorkina durante los años gloriosos eran negros. Algún rostro pálido sí que había, como es el caso de Kenny Burrell y Jackie McLean. Este último se aficionó a la música porque su padre era guitarrista, pero sobre todo porque, años después, su padrastro regentaría una tienda de discos en la que descubrió a Charlie Parker. Y ya nada volvería a ser igual para él, porque el estilo de Parker le marcaría para siempre. Un estilo más cercano a la imitación en sus años jóvenes (llegó a sustituirle en la banda de Miles Davis) pero que iría madurando y desvinculándose de Bird conforme avanzaban los años.

Jackie McLean es otro ejemplo de músico adicto a unas drogas que no sólo acostumbraban a generar problemas de salud: conoció la cárcel, perdió su licencia de músico, se vio obligado a exiliarse en París, abandonó los escenarios durante un tiempo... Por ello su vida está llena de etapas en las que también se aprecian cambios bruscos de estilo. Del be al hard bop, con idas y venidas al freejazz, al modal, e incluso alguna visita más reciente a la fusión. Aparte de veloces solos, McLean siempre mostró un peculiar sentido del ritmo, con toneladas de swing y blues a partes iguales.

"Action" está grabado en 1964, cuando McLean ya estaba de vuelta de todo y de una dura temporada de ostracismo musical. Comienza a sonar con la pieza del mismo nombre, una no muy digerible rueda de solos free jazz conectados por un estribillo bonito y pegadizo. Quedaría muy bien en los créditos iniciales de cualquier película de Hitchcock. McLean a veces componía mentalmente, sin ayuda de papel ni instrumento. Este podría ser un ejemplo. "Plight" no abandona por completo las maneras free-jazz, pero se muestra mucho más coherente, conducida magistralmente por la batería de Higgins y, sobre todo, por el vibráfono de Bobby Hutcherson. "Wrong Handle" es también una composición de Tolliver, una preciosa balada construida para lucimiento de su trompeta. Querrás escucharla más veces, "I heard a rhapsody" es probablemente la pista más redonda de "Action". McLean comenta en las notas interiores que le costó varios años conseguir lo que buscaba de esta versión, hasta que una noche, tras una petición en un club de Brooklyn, sucedió. Dejó de resistirse y su mente cristalizó la adaptación definitiva, la recogida aquí. "Hootnan" es un blues bastante extraño y experimental, en la línea del disco aunque, estructuralmente,  más invertebrada y loca que el resto. 

Si Hutcherson realiza aquí un trabajo notable, el sobresaliente es para un jovencísimo Charles Tolliver, quién además de una ejecución impecable, aporta la composición del material más interesante. Por su parte, los dos temas firmados por McLean requieren de una digestión más reposada, ya que se muestran difícilmente asequibles en una primera escucha. McBee es el genio en la sombra, y con el instrumento menos notorio consigue imprimir coherencia al resultado final.

La portada utiliza el negativo de la fotografía en contrapicado de Francis Wolff, una técnica poco habitual en los trabajos de Miles. Los nombres de los músicos, siempre presentes, aparecen en un cuerpo de letra realmente pequeño, más de lo normal. Una cubierta correcta, equilibrada y haciendo el clásico buen uso de los espacios vacíos marca de la casa.

Sonido en la línea de toda la colección RVG edition. Cristalino, aunque mínimamente saturado en ciertos pasajes e instrumentos, en especial el saxo. Más problemático es el ruido de fondo cuando el contrabajo se queda solo, y que Van Gelder no ha podido eliminar ni siquiera en la remasterización.

Un disco peculiar de Jackie McLean, quizás no el mejor, pero sí impactante porque muestra una confluencia de estilos muy marcada, que aquí ha sabido combinar de forma habilidosa. Un disco no imprescindible de un músico que sí lo es.

(Todas las audiciones de Viva Van Gelder se realizan a partir del CD original) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario