viernes, 3 de enero de 2014

HORACE SILVER: HORACE SCOPE (1960) The Rudy Van Gelder Edition

 Música:  7.5 
 Sonido:  7   
 Portada: 6.5 

 Favorita:  b"Yeah"

Grabado en Van Gelder Studio, Englewood Cliffs, New Jersey el 8 y 9 de julio de 1960.
Discográfica: Blue Note 
(BST 84042) 39:13 (Estéreo)

Productor: Alfred Lion
Portada: Paula Donohue

Remasterizado en 2005 por Rudy Van Gelder




Horace Silver: Piano / Blue Mitchell: Trompeta / Junior Cook: Saxo tenor / Gene Taylor: Contrabajo  / Roy Brooks: Batería 


No he tenido la suerte de conocer a Horace Silver, pero por las fotografías apostaría algo a que es un tipo tremendamente simpático. Lo que sí sabemos es que es un pianista soberbio, que es una leyenda viva del jazz, y que sus formaciones han sido una importante escuela para músicos. Joe Henderson o Donald Byrd comenzaron con él. Casi nada.
 
¿Tienes un mal día?, ¿Sales a la calle y te cruzas con todos los cretinos del pueblo? El mundo está muy mal y no tiene solución, pero seguro que te sentirás mejor después de pinchar algo de Horace. Su música es sanadora, más que cualquier otra. No importa el disco que escojas, porque el tío siempre empieza a toda pastilla, y contagia el espíritu a base de Hard bop de altos vuelos. Luego siempre va descendiendo la nave a tierra como poco a poco, para pegar algunos meneos de improviso, a traición, y retomar alguna balada chula, tristona pero chula. Y ya todo está mejor.

Seguimos en 1960, y el Van Gelder Studio continúa con su ritmo frenético horneando algunos de los mejores trabajos del sello independiente neoyorquino. Los músicos de Blue Note siempre están dispuestos a participar en los discos de sus amigos. Aquí le ha tocado al trompetista Blue Mitchell, que junto a Junior Cook, Gene Taylor y Roy Brooks completan el quinteto que simboliza la mano de la portada.

Jazz sin esnobismos

"Horace Scope" es uno de esos trabajos que no destaca en la discografía del pianista, ni por su excelencia ni por todo lo contrario. Pero sí es muy representativo, nada de estridencias ni de etapas de transición. Es 100% lo que el aficionado entiende por Horace Silver, jazz asequible, entretenido y sin esnobismos. Horace Silver representa una especie de "easy listening" en el jazz, quizás por eso cae tan simpático. Y digo fácil de oir, que no fácil de interpretar ni de componer, ya que se trata de música cargada de arreglos y partes endiabladamente complejas.

La portada se sale totalmente de lo que esperamos de Blue Note en aquellos años. Lo cierto es que Silver acostumbraba a ser bastante rompedor. Este amarillo chillón no ha salido de la mesa de Reid Miles, grafista oficial del sello, sino que lo firma la ilustradora Paula Donohue, quién ya había realizado la carpeta de "Blowin' the Blues Away" un año antes.

Pulsemos el play. Se abre el melón con "Strollin´", que si bien no es tan potente como cabría esperar, si que capta el ambiente de las orquestas de swing de los años 40 (Basie y Ellington, claro) En "Where you at?" los bps aumentan, mayor velocidad donde los solos vertiginosos de saxo y trompeta se alternan o se doblan indistintamente. Ah, y un efectivo solo de batería a cargo de Roy Brooks (no temáis, es más bien comedido) Y bajamos la intensidad de las luces: "Without you" es la única pieza que no firma Silver, una balada de transición hacia ambientes más hard bopers.

Y llegamos a "Horace scope", la canción que da nombre al disco: Fraseos alegres donde el saxo y la trompeta revolotean a placer. "Yeah" es mi favorita, con reminiscencias de Thelonious Monk en el estribillo (por lo complejo y aparentemente atonal) y ritmo swing a todo trapo. Fantástica. "Me and my baby" representa el lado más ingenuo pero efectivo compositivamente hablando de Horace. En "Nica´s dream" Roy Brooks se luce con una combinación de recursos rítmicos que la pieza que cierra el disco agradece.

Todo esto hace de "Horace Scope" un conjunto sólido y muy equilibrado, variado y presentado por un quinteto perfectamente engrasado. No llega al nivel de "Songs for my father", su obra maestra en la que repetiría con Blue Mitchell y Junior Cook, pero merece la pena escucharlo de vez en cuando.

Para los audiófilos, hay que advertir que la ecualización es algo, y digo algo, chillona. El plato de ritmo y el charles están muy presentes y con un nivel de agudos para mi gusto un pelín elevado. Esto afecta al conjunto (lo que los anglosajones llamarían "narrow sound", porque además el contrabajo a ratos desaparece) y si estamos atentos también escucharemos algún saxo que llega a saturar, aunque es en contadísimas ocasiones (jugarretas de utilizar compresores para aumentar el nivel medio de volumen) Conforme avanza el disco parece que el problema va desapareciendo, y en las piezas menos energéticas ni se nota. Un pequeño corte de agudos en nuestro amplificador y la cosa quedará casi perfecta.

(Todas las audiciones de Viva Van Gelder se realizan a partir del CD original) 

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